Debería haber en alguna parte sobre la tierra un lugar que ninguna nación pudiese decir: "Es mío"; donde todo ser humano de buena voluntad que tuviera una aspiración sincera pudiera vivir libre como ciudadano del mundo y obedeciendo a una sola autoridad, la de la suprema verdad; un lugar de paz, de concordia, de armonía donde todo instinto de lucha en el hombre fuera usado exclusivamente para vencer la causa de sus sufrimientos y sus miserias, para superar sus debilidades y su ignorancia, para triunfar sobre sus limitaciones y sus incapacidades; un lugar donde las necesidades del espíritu y el interés de progreso prevalecieran sobre la satisfacción de los deseos y las pasiones, de la búsqueda de placeres y de goce material.
Por ello estos espacios y servicios útiles se ponen a disposición de toda persona y/o grupo de buena voluntad, independiente de su credo, raza, sexo o país.
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